La medición de CO2 debe monitorizarse. El motivo es que se trata de uno de los gases que define el sabor de la cerveza y el equilibrio entre los ingredientes. El CO2 se emplea además para mantener la cerveza en una atmósfera libre de oxígeno en todo momento. Con la medición de CO2 en todos los procesos, en especial cada vez que movemos la cerveza de un tanque a otro o se embotella, garantizamos que los niveles sean en todo momento adecuados.